
Madre, madre humana, llena de limitaciones afectivas
porque has nacido en la especie de los seres "racionales".
Madre, que no puedes amar a tus hijos
porque se te ha obligado a parirlos.
Madre, que te han forzado a que tu profesión
sea la maternidad.
Madre, que a causa de ello no puedes amar lo que de ti nace.
Madre que vives en guerra con tus entrañas
y tu corazón.
Madre que no puedes amar a tu hija
porque nació mujer y no hombre
y tu prestigio se vió mermado.
Madre, que te llevo heredada
en la noche oscura de mi inconsciente ancestral.
Madre, que ni siquiera puedes ser comprendida
por las otras mujeres a las cuales
tú con tu rebelión
ayudaste a librarlas de la "profesión" de madre.
Madre, que cuando miras a la gatita
que sujeta en sus patas
a ese hijo suyo, plenamente abandonado a la confianza
en el amor de su madre,
lloras porque no supiste amar
a los hijos nacidos de tu cuerpo
pues cada vez que ellos se abandonaban a tí de ese modo,
les herías con el odio contra los que te habían
obligado a ser madre.
2 comentarios:
La maternidad
es una experiencia
fenomenal:
procedo de una genial.
No he sido madre
físicamente
por miedo a no poder sacar
adelante a mis hijos,
bastante tengo conmigo,
aunque suene a egoísmo.
La siento muy cerca
a través de la afectividad.
No soy madre, sólo hija;
me resulta difícil asimilar
tanto sufrimiento
asociado a la maternidad.
Y en cuanto hija comprendo
que es fatal
no haber tenido nunca
un amor incondicional.
Publicar un comentario