LA MUERTE

Pues yo no se como será esa mudanza,
porque no la he hecho todavía,
pero tengo la esperanza,
de que sea muy divertida...
Cuando era niña, las mujeres de las aldeas que trabajaban en la casa de mis padres, poseedoras de las tradiciones ancestrales, me contaban que existían "cielos" para las pobres gallinitas, a esas que ellas mataban y luego nos las comíamos, otro cielo para los gatitos, otro para los perritos, otro para los pájaritos, etc. y que las niñas buenas, aunque tenían su cielo especial, muy bonito, lleno de angelit@s con l@s que poder jugar, podían acudir a los otros cielos para jugar también con todos los animalitos bonitos.
En el cielo donde yo habitaría, también estarían mis amiguitas queridas y juntas nos lo pasaríamos muy bien.
Mi niña interior no ha muerto, al cielo de las niñas celtas habré de mudarme.